📰 Titulares y artículos destacados
1.
“Tuvimos que fiar a gente que venía a comer porque no tenían metálico”
Durante el apagón en la Comunidad de Madrid, numerosos comercios y servicios se vieron afectados por la falta de electricidad. En el polígono de Codeim en Fuenlabrada, el restaurante JL 2.0 continuó operando pese a las dificultades y permitió a sus clientes consumir sin pagar al momento, debido a la imposibilidad de utilizar datáfonos. En una panadería local, un posible incendio fue evitado gracias a la llegada temprana del propietario. Las pérdidas fueron mínimas, reducidas a productos refrigerados como tartas. En Pescaderías Alberto, la baja cantidad de mercancía del lunes y el uso de cajas aislantes permitió preservar el pescado. Sin embargo, en Mercamadrid hubo serias complicaciones logísticas por el acceso limitado. En Getafe, el pequeño comercio resultó el más perjudicado, con cierres obligatorios y problemas de comunicación con proveedores. En el polígono Cobo Calleja, el restablecimiento parcial de la luz no fue inmediato, provocando caos vial y dificultades para trabajadores. Ángela Hernández, de CCOO, denunció las problemáticas estructurales del sur de Madrid, donde trabajadores enfrentaron hasta seis horas de desplazamiento, resaltando las desigualdades del modelo productivo regional.
2.
“El apagón eléctrico revive el comercio local”
En Cantabria, muchos comercios, ante la imposibilidad de utilizar los TPVs, optaron por fiar o anotar las compras, demostrando una vez más la importancia del comercio de proximidad en situaciones de emergencia.
3.
“FECE destaca la importancia del comercio de proximidad durante el apagón”
La Federación Española de Comerciantes de Electrodomésticos (FECE) ha subrayado en un comunicado el papel esencial que desempeñó el comercio de proximidad durante el apagón sufrido el 28 de abril en todo el territorio nacional. En esta línea, han apuntado que la capilaridad y la cercanía de las tiendas especializadas permitió que la población se abasteciese rápidamente de productos esenciales en una situación de emergencia. Así, las radios portátiles, linternas, pilas y hornillos de gas se agotaron en numerosas tiendas a media tarde. En unas pocas horas, se vendió el equivalente a lo que habitualmente se comercializa en un mes. Asimismo, desde FECE han destacado en especial «la labor de las tiendas de electrodomésticos de barrio, que respondieron con rapidez y profesionalidad para cubrir las necesidades de los ciudadanos». Ante la imposibilidad de usar los TPVs durante el apagón, los profesionales optaron por fiar o anotar las compras, demostrando la confianza y la cercanía que caracterizan a este modelo de comercio.
4.
“El apagón disparó la demanda de radios portátiles, linternas, pilas y hornillos de gas”
Según informó el diario La Razón, el corte de suministro afectó simultáneamente a la electricidad, el agua, las comunicaciones, el internet y los datos móviles, dejando a millones de personas en una situación de incertidumbre y desconcierto. Desde ese momento, se registró una avalancha de consumidores en busca de artículos de emergencia. Radios portátiles, linternas, pilas y hornillos de gas se convirtieron en los productos más demandados. Tal fue la magnitud del fenómeno que, de acuerdo con la Federación Española de Comerciantes de Electrodomésticos (FECE), en tan solo unas horas se vendió lo que habitualmente se comercializa en todo un mes. La capilaridad y proximidad de los comercios especializados jugó un papel clave. “La cercanía de nuestras tiendas permitió a los ciudadanos abastecerse en medio de la emergencia”, afirmó la FECE. La cobertura de La Razón destaca cómo, ante la imposibilidad de usar terminales electrónicos de pago (TPVs), muchos comerciantes optaron por fiar o anotar manualmente las compras de los clientes.
5.
“El gran apagón: las 10 lecciones que deja el día que nos quedamos sin luz”
El corte eléctrico del 28 de abril reveló vulnerabilidades en nuestro sistema de vida y nuestros modelos productivos que no habíamos tenido en cuenta. La dependencia de la electricidad y las tecnologías digitales quedó en evidencia, así como la necesidad de contar con planes de contingencia y sistemas de respaldo. El comercio de proximidad demostró ser una pieza clave en la resiliencia de la sociedad, al ofrecer soluciones rápidas y adaptadas a las necesidades de la población en momentos críticos.