La representante del sector también mostró su preocupación por la zona de bajas emisiones y los cambios de movilidad. Aunque el Ayuntamiento destaca que la entrada de vehículos al centro se ha reducido un 11%, los comerciantes aseguran que esa caída se traduce directamente en menos clientes. “El que deja el coche en un parking disuasorio no consume en el centro; esa gente no viene”, afirmó Tello.
El comercio donostiarra afronta la campaña de otoño-invierno con esperanza, pero advierte de que necesita mayor apoyo institucional para mantener su peso en la economía local.