Ahora se comienzan a dar cuenta del “sin Dios” que han puesto en marcha desde el Gobierno, por la precipitación, la improvisación, el corto placísmo para “trincar ayudas Europeas”,.
Esto ha desembocado en una “República bananera” de normativas en manos de los Aytos, que actúan también provocando grave inseguridad jurídica y afectando de lleno a la libertad de las personas, a la movilidad de las familias más humildes y de forma muy severa a la actividad socio económica de comercios, hostelería y profesionales, en claro beneficio de las grandes superficies y de las empresas de automoción que no saben que hacer para vendernos caros e ineficaces coches eléctricos e híbridos